Natalia Oreiro

Los chicos crecen en el lado contrario de la vida,
donde no existe ni justicia ni verdad.
Y como duele, tanta tristeza en sus sonrisas,
es tan difнcil aceptar la realidad.
A dуnde el hambre ya es costumbre a la deriva,
a los costados de cualquier ciudad.
Que no ven, que no oyen, que no sienten,
que mas da si siempre, estivo ahн.
Que no ven que son niсos, no pueden esperar,
ayudemos a que empiecen a volar,
en sus alas llevan nuestra libertad.
Estбn descalzos, van caminando