Quique Gonzalez

Algo tendrГ­an que contar las estaciones,
algo dirГЎn las terminales de aeropuerto
los bares donde nacieron
cinco de nuestras canciones,
las noches en que tu chica te decГ­a nunca mГЎs.
QuedГі algo de nosotros en esos lugares
en el lavabo de seГ±oras y en el puerto
en la butaca del cine, en una boca de metro
y en todas esas esquinas que solГ­amos doblar.
Es una historia que se escribe en los portales
la breve intensidad de las primeras luces,
y los conserjes de noche
cuidan de los hostales
y todas las camareras que quisieron escuchar.
Algo tendrГ­an que contar los escalones
con pantalones arrastrados por el suelo,
algo el asiento trasero que me ofrecГ­a tu coche
y el humo del cenicero que acabГі por rebosar.
Es una historia que se escribe en los portales
la breve intensidad de las primeras luces,
y los conserjes de noche
cuidan de los hostales
y todas las camareras que quisieron escuchar.
Tu siempre estabas dispuesta,
es domingo por la tarde
la suerte es una ramera de primera calidad
y los conserjes de noche
cuidan de los hostales
y todas las camareras que quisieron escuchar.
Es una historia que se escribe en las postales
con la necesidad de madrugar los lunes.
Tu siempre estabas dispuesta,
es domingo por la tarde
la suerte es una ramera de primera calidad
y los conserjes de noche
cuidan de los hostales
y todas las camareras que quisieron escuchar.
Tu siempre estabas dispuesta
Tu siempre estabas dispuesta
La suerte es una ramenra de primera calidad
...Y los consejes de noche...
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